ETIOPÍA
Cuna del café y civilización antigua
Etiopía, la antigua Abisinia, es el más diferente de los países africanos. Enclavada en el Cuerno de África, bascula entre el continente y Arabia, con influencias y referencias de ambas partes.
El único país no colonizado de África presume de ser el Origen de la Humanidad, la puerta de entrada del cristianismo en el continente y paradigma cultural, etnográfico, paisajístico y natural.
Del tamaño aproximado de Francia y España juntos, el segundo país más poblado de África se distingue, a grandes rasgos (y con muchos matices), en dos grandes áreas.
Por un lado, el norte. Gondar, Axum. Lalibela o Bahar Dar dominan un territorio montañoso y de gran calado histórico. En el extremo, Axum, hogar de la Reina de Saba y una de las capitales (la axumita) más importantes de la zona. Kilómetros más abajo Gondar, la denominada “Camelot africana” y Bahar Dar, lugar donde nace el Nilo Azul y muestra con orgullo el inmenso lago Tana. Como punto culminante, Lalibela, Patrimonio de la Humanidad y ciudad sagrada para los cristianos ortodoxos etíopes.
Bien diferente, el sur. El gran valle del Omo es un tesoro antropológico sin igual, escenario de etnias tan interesantes como los Mursi, Hamer, Suri o Nyangantom.
Para completar uno de los países más interesantes que existen, el desierto del Danakil (en el extremo este) con sus volcanes activos o las montañas de Simien, ideal para la práctica del montañismo.
Etiopía
Etiopía es una de las civilizaciones más antiguas del mundo, conocida por su resistencia al colonialismo y su victoria en la Batalla de Adwa, lo que la convirtió en un símbolo de soberanía africana.
Es el lugar de origen del café arábica, cuya tradición cultural se refleja en la ceremonia del café, un elemento central de la hospitalidad etíope.
Etiopía conserva tradiciones únicas como el uso del antiguo alfabeto Ge’ez y un calendario propio con 13 meses, reflejo de su rica herencia cultural y autonomía histórica.